martes, 30 de septiembre de 2014

NATIVOS E INMIGRANTES DIGITALES. Uso y abuso de las TIC's en la educación.


El colegio, al ser un agente educativo, tiene el deber de integrar y utilizar  las TIC para formar y educar a sus alumnos. De esta manera, cuando llegue el momento en que tengan que integrarse en la sociedad, lo harán como miembros activos y tendrán la preparación suficiente, no sólo para incorporarse a ella, sino para ser capaces de modificarla de forma positiva y crítica.
Las instituciones educativas tienen que ser abiertas y flexibles para adaptar e introducir los avances que se van produciendo en la sociedad a las necesidades de sus alumnos. Así mismo, los educadores deben poseer las competencias digitales y de tratamiento de la información necesarias para poder hacer un buen uso y manejo de las TIC.
La incorporación de las TIC en las aulas es una realidad obligatoria. Los alumnos están rodeados de una cultura tecnológica que provoca cambios importantes en la forma de aprender y procesar la información.
Su uso se debe propulsar desde la etapa de Infantil y debe venir acompañada de la debida formación para los docentes (inmigrantes digitales).




Las TIC utilizadas en el aula de Infantil  son beneficiosas si se les sabe sacar partido. Promueven la autonomía de los niños, la colaboración entre ellos, la comprensión, la motricidad, el aprendizaje y la comunicación. También, ayuda a estimular a niños con déficit, aprenden a esperar su turno y ahorran otro tipo de materiales.
Por contra, pueden provocar adicción y pérdida de interés en otras actividades e individualismo. Tienen un elevado coste, precisan de constantes actualizaciones y el educador ha de poner mucho más cuidado en el aula.
A pesar de los inconvenientes, pesan más los aspectos positivos y, es necesario, en la medida de lo posible, contar con soportes digitales(pizarra digital, proyectores, dvd, cámaras de foto y video, etc.) en el aula de Infantil y crear un rincón con, al menos, un ordenador o tablet, dónde los niños puedan llevar a cabo un trabajo lúdico y cooperativo.

INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA EDUCACIÓN INFANTIL

A la mayoría de las personas nos cuesta expresarnos con palabras cuando nos preguntan sobre nuestros sentimientos y nuestras emociones: "¿por qué lloras?", "¿cómo es que pones esta cara de enfadado?", "¿me quieres?", "¿qué dices, que tienes miedo de volver a casa sola?; pero, ¿por qué?"... A pesar de que como adultos tengamos dificultades para manifestar verbalmente lo que sentimos, hemos de tener presente que los sentimientos y las emociones son imprescindibles en la vida cotidiana del niño y de la niña, y forman parte de su proceso educativo.
Por eso, existe la necesidad de enseñar a los niños y a las niñas no sólo unos conocimientos específicos, sino también un conjunto de competencias que les permitan ser capaces de desarrollarse en situaciones diversas de su entorno. Por eso la inteligencia no sólo es conocimiento y capacidad de aprendizaje, sino también capacidad de adaptación al medio, al entorno más próximo, y capacidad de potenciación de una vida de relación y de tolerancia.
QUÉ ENTENDEMOS POR INTELIGENCIA EMOCIONAL
Para poder entender la importancia de la educación emocional en estas primeras edades, creemos que es necesario definir qué entendemos por inteligencia emocional. Cuando hablamos de inteligencia emocional nos referimos a un conjunto de habilidades que nos permitirán relacionarnos mejor con nuestro entorno. Este conjunto de habilidades incluye el reconocimiento de los propios sentimientos, el control de las emociones, la automotivación, la empatía y la habilidad social.
Seguro que a lo largo de la jornada escolar trabajamos la educación emocional con nuestros niños y niñas, pero tal vez no somos del todo conscientes de ello. Es en la primera infancia cuando se modela la base para asimilar los hábitos emocionales y sociales fundamentales que se pueden manifestar a lo largo de la vida de los niños y niñas. Además, en el ciclo de 0 a 3 años es cuando las emociones son más naturales, sinceras y espontáneas, no están falseadas por la experiencia ni la vergüenza, y el vínculo afectivo que nos une con los niños y las niñas es más fuerte. Esta es la razón por la cual consideramos tan importante empezar la educación emocional en estas edades, además de reivindicar el carácter educativo del primer ciclo de la educación infantil
CONTENIDOS DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL
-Conciencia emocional: autoobservación y reconocimiento de las emociones (las propias y las de los demás), comprensión de las causas y las consecuencias de las emociones, el lenguaje de las emociones y la expresión no verbal de las emociones.
-Control emocional: manejo de las emociones, prevención de los efectos negativos de las emociones, desarrollo de las emociones positivas, tolerancia a la frustración, autocontrol de la impulsividad, estrategias de control emocional: diálogo interno, asertividad, reestructuración cognitiva..., y actitud positiva ante la vida.
-Autoestima y emoción: autoconcepto, autoestima, autoconfianza y autoaceptación, y desarrollo de expectativas realistas sobre uno mismo.
-Habilidades socioemocionales: emoción y sociabilidad, clima social y trabajo en grupo y resolución de conflictos y emoción.
-Habilidades de vida y bienestar subjetivo: habilidades de organización y desarrollo, habilidades en la vida familiar, social y escolar, habilidades de tiempo libre, y emociones y bienestar subjetivo.
PROPUESTA DE ACTIVIDADES
El primer paso que tenemos que dar los adultos al trabajar el tema que nos ocupa es dar ejemplo a los niños y las niñas, hablando de lo que sentimos en el día a día (por ejemplo: "estoy contento porque hoy es mi aniversario" o "estoy triste porque llueve") y utilizando un vocabulario emocional, sin dejar de lado la comunicación no verbal de nuestros mensajes (la expresión facial, el gesto...) y el tono de voz. Así mismo, el adulto aprovechará situaciones cotidianas para verbalizar los estados emocionales de los niños (por ejemplo: "Pablo llora porque le han quitado un juguete" o "Ana ríe porque trae chocolate para merendar".
Paralelamente, introduciremos vocabulario relacionado con algunas emociones básicas para estas edades, como por ejemplo: la tristeza, la alegría, el miedo y el enfado.
Bloque temático: Conciencia emocional.
Nivel: 1 a 2 años / 2 a 3 años.
Objetivos
-Identificar en uno mismo y en los demás diferentes emociones: alegría, tristeza (1 a 2 años) y alegría, tristeza, enfado y miedo (2 a 3 años).
-Expresar diferentes emociones: alegría, tristeza (1 a 2 años) y alegría, tristeza, enfado y miedo (2 a 3 años).
-Asociar diversas emociones con las situaciones que las hayan podido provocar.
Recursos
-Dibujos de cuatro caras muy diferenciadas que expresen alegría, tristeza, enfado y miedo.
-Espejo.
-Imágenes o fotografías de situaciones que expresen los sentimientos que se trabajan.
-Fotografías de los propios niños en las que queden reflejados los diferentes sentimientos trabajados.
Procedimiento
Niños y niñas de 1 a 2 años:
1. Mostraremos diferentes dibujos o imágenes de situaciones (por ejemplo: niño llorando, niño jugando contento, etc.) y preguntaremos: "¿cuándo estamos contentos?" o "¿cuándo estamos tristes?". Para responder a cada pregunta, los niños y las niñas podrán señalar el dibujo que les parezca adecuado. Este primer paso podrá servir para hacer una valoración de los conocimientos previos de los niños y las niñas respecto a estas dos emociones.
2. A continuación el maestro o la maestra puede reflejar estas dos emociones y preguntar a los niños y a las niñas cuándo se muestra contenta la imagen y cuándo se muestra triste
3. Una vez que los niños y las niñas ya identifiquen las emociones en los demás, pueden pasar a imitarlas frente al espejo, siguiendo, si es necesario, el modelo del maestro o de la maestra.
Niños y niñas de 2 a 3 años:
1. Mediante una conversación, les podemos preguntar: "¿cuándo estamos contentos?" o "¿cuándo estamos tristes?". En el caso de que no se expresen oralmente, podemos utilizar imágenes o dibujos para que señalen el correspondiente.
2. Seguidamente, les podemos preguntar cómo están cuando están contentos, tristes, enfadados o tienen miedo. Señalarán la cara que indique la emoción pedida.
3. A modo de variante de la pregunta anterior, pueden expresar cómo están cuando están contentos, tristes, enfadados o tienen miedo con su propio cuerpo (saltando, tirándose al suelo, escondiéndose...).
4. Después, se les pedirá que imiten las caras presentadas, siguiendo las instrucciones del maestro o de la maestra: "pon cara de enfadado", "pon cara de contento"...
Observaciones:
Esta actividad se podrá trabajar en muchas ocasiones, aprovechando los diferentes estados emocionales de los niños y las niñas y de los maestros y las maestras en momentos determinados. Otras variaciones que pueden enriquecer la actividad son las siguientes:
*Explicar cuentos o historias donde los personajes pasen por los diferentes estados de ánimo y sentimientos que se han trabajado.
*Jugar a hacer muecas. canciones.
*Hacer unas máscaras por Carnaval, aprovechando estas expresiones.

*Realizar una sesión de psicomotricidad con el objetivo de expresar emociones con todo el cuerpo. Se trataría de expresar emociones diversas de forma exagerada: tirándonos al suelo, saltando... Par los niños y las niñas mayores (2 a 3 años) se podría incrementar el grado de dificultad de la actividad ofreciendo sólo un modelo: "estoy contento", y serían ellos quienes lo expresarían. Para los más pequeños (1 a 2 años) se reducirían las emociones a dos: estados de euforia y estados de tranquilidad, y el procedimiento sería el mismo. Estas sesiones de psicomotricidad irían del trabajo cuerpo-cuerpo (en el que el recurso utilizado para expresar las emociones es el propio cuerpo) al trabajo cuerpo-objeto (en el que, además del cuerpo, se utilizarían elementos como música, pañuelos, globos, ropa, etc., para expresar emociones).

Juegos que ayudan a crecer (0 a 2 años)

De 0 a 6 meses

Tu pequeño pasará mucho tiempo dormido pero pronto tendrá ganas de verlo todo y se iniciará en la ardua tarea de tocar y agarrar. A esta edad, los mejores juegos son los que potencian el tacto, la vista y el oído.


Desde el nacimiento

* En la cuna. Acaricia su cuerpo con un sonajero suave diciéndole las partes del cuerpo que recorres. De vez en cuando para en una zona y haz sonar el juguete. Fíjate en su expresión para saber qué partes le gusta más que le acaricies. Háblale de lo que está sintiendo.
En el baño. Deja que flote en el agua y, antes de vestirle, dale un masaje: además de relajarse aprenderá las primeras nociones sobre su cuerpo.


A los 2 meses

* En su hamaquita. Agita un sonajero moviéndolo de un lado a otro de la cabeza; mientras no pueda agarrarlo, dará vueltas para verlo.
* En tus brazos. Mueve tus manos cantando “los cinco lobitos”.


A los 3 meses

* En la cuna. Haz suaves ejercicios de gimnasia flexionando y estirando sus piernas y brazos.
* En tu regazo. Dale un sonajero y toma tú otro. Agítalo para que te observe.


A los 4 meses

* En la cuna. Acaricia su cuerpecito con distintos objetos suaves: una pluma, un pañuelo, un muñeco de terciopelo.
* En tus brazos. Sujeta al bebé por debajo de las axilas y balancéalo suavemente simulando el movimiento de las olas.


A los 5 meses

* En el suelo. Coloca al bebé en una manta y dale la vuelta como si fuera una croqueta para que vaya aprendiendo a girarse sobre sí mismo. Esconde un juguete bajo una mantita y anímale a que la levante para encontrarlo.
* En tu regazo. Agita juguetes con sonidos y observa como gira la cabeza, a un lado y luego al otro. Hazle pedorretas en el cuello.


A los 6 meses

* En tu regazo. Recorre con tu dedo las partes de su rostro: los ojos, la nariz, la boca y ve nombrándolos. Haz algún juego de mano como “Los cinco lobitos”.
* En el suelo. Coloca almohadones y siéntale entre ellos. Pon un pañuelo encima de su cabeza y tira de él. Luego, tápate tú y anímale a tirar del pañuelo. El célebre «cucu-tras» les encanta.
Juguetes para esta edad: sonajeros, alfombras, proyectores de sonido, peluches, tableros de actividad, gimnasios.

De 7 a 12 meses

Tu bebé es capaz de sentarse sin apoyo, y esa nueva postura mantiene sus manos liberadas para manipular diversos objetos. Simultáneamente se iniciará en el gateo, y los más atrevidos darán susprimeros pasos. Respeta los momentos en los que juega concentrado con un objeto. Son fundamentales en el aprendizaje de los bebés, ya que mediante la observación aprende. Estos meses descubrirá también algo tan importante como la “ley de la gravedad”, y le encantará arrojar cosas al suelo para ver cómo se estrellan. También sabrá que si salpica en el agua, la diversión está garantizada (incluida la de sus papás), y que cualquier objeto es muy interesante: por eso lo toca, lo huele y lo chupa.


A los 7 meses

* En el suelo. Siéntate delante de él y tírale una pelota para que la vaya agarrando. Colócale sobre un rodillo de gateo para que vaya empujando con las piernas.
* En tus brazos. Bésale y enséñale a dar besos. Juega a las cosquillas.
* Tú de pie. Agárrale por la cintura y balancéale entre tus piernas. Luego, haz el avión.


A los 8 meses

* En el suelo. Siéntate frente a él y haz gestos con la cara, como abrir mucho los ojos, sacar la lengua, etc. Felicítale si trata de imitarte. También puedes hacer movimientos como llevarte la mano a la cabeza, tocarte una oreja o taparte los ojos.
* En su trona. Dale pequeños objetos y anímale a tirarlos al suelo.


A los 9 meses

* En su trona. Pon en una caja diversos objetos y enséñale a meterlos y sacarlos.
* En la bañera. Dale botellitas y envases de plástico para que los vaya llenando de agua.
* En el suelo. Gateando, escóndete detrás de un sillón y vuelve a aparecer. Anímale a que él también se esconda.


A los 10 meses

* En su trona. Pon en una bandeja un chorrito de jarabe de fresa y deja que dibuje con su dedo y se chupe la mano.
* En el suelo. Coloca algunos obstáculos por la habitación, como sillas, cojines, etc., y gatea junto a él como si estuvieseis en una carrera de obstáculos.
* En tu regazo. Enséñale a decir adiós y a tirar besos


A los 11 meses

* En su trona. Prepárale para su primer cumpleaños: enciende una vela y enséñale a soplar.
* En el suelo. Organiza carreras de gateo con él y los demás miembros de la casa. Apila juguetes para que los vaya tirando con un manotazo. Enséñale a dar y tomar.


A los 12 meses

* En su trona. Dale una revista para que la hojee y la destroce. Estáte atenta porque se llevará trocitos de papel a la boca.
* En tus brazos. Llévale a un espejo y enséñale a hacer muecas.
* En el suelo. Anímale a meter garbanzos en una botella y luego agitarlos para que suenen, o escóndele cosas dentro de cajas para que las abra y descubra lo que hay.
Juguetes para esta edad: correpasillos, arrastres, muñecos blanditos, pelotas, cubos y palas, juguetes electrónicos con botones, luces, ruido…

De 12 a 18 meses

El niño de esta edad ya sabe andar y se ha convertido en un auténtico explorador. Le interesa todo lo que hay a su alrededor. Ya es capaz de conseguir sin ayuda los objetos que desea. Por eso es muy importante que el hogar sea un lugar seguro y preparado para su necesidad de explorar. Su habilidad con las manos aumenta considerablemente, pero aún tiene que trabajar mucho en ello.


De 12 a 15 meses

* En el suelo. Pon a su alcance todo tipo de cajas (o bolsas, bolsos, cestas) con juguetes y objetos no peligrosos dentro. Verás cómo puede pasar muchos ratos divertidos él solito. También disfruta sorteando obstáculos: organiza circuitos con todo tipo de cojines y mantas.
* De pie. Disfrutará empujando o arrastrando juguetes con ruedas, y le llaman mucho la atención los juguetes mecánicos con luces y sonidos.
* En el baño. Haz agujeros en envases de plástico para que los llene y vea cómo pasa el agua a través de ellos.
Juguetes para esta edad: correpasillos, arrastres, juguetes para apilar y de meter y sacar, encajes sencillos, juguetes electrónicos y musicales.

De 18 a 24 meses

A partir de esta edad, el niño se siente atraído por otros juegos más complejos, como encajar objetos de formas y colores distintos en sus respectivos agujeros, hacer torres de hasta cuatro o seis bloques y encajar aros de distintos tamaños alrededor de un pivote. Como está perfeccionando su destreza manual, le gustan los juegos en los que utiliza sus manos.
* De pie. Dar patadas a la pelota seguirá siendo uno de sus juguetes preferidos, pero la manera de jugar con ella es más sofisticada.
* Sentado. Le gustan y le entretienen mucho la música y las canciones infantiles y suele tener ya sus preferencias. También empieza a garabatear en cualquier superficie que se preste.
* En el suelo. Le encanta los espacios cerrados. Hazte con una caja de cartón grande y deja que juegue un ratito en ella.
* En el parque. Haced figuritas de arena con moldes, llenad su cubo de piedrecillas, etc.
Juguetes para esta edad: muñecas, camiones, coches grandes, pelotas, construcciones simples, juguetes de agua…



El juego infantil


    El juego es un derecho del niño, los derechos del niño fueron aprobados por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 en Nueva York. Francesco Tonucci, adapta este artículo para que los niños puedan entenderlo de forma clara, lo redacta  de la siguiente manera:
    Artículo 31.
    "El niño tiene derecho al juego, al descanso, a la diversión y a dedicarse a las actividades que más le gusten."
    El juego, es el primer instrumento que posee el niño para aprender y para conocerse, el desarrollo de una actividad ayuda al niño a saber como se desempeña él ante nuevas acciones, descubre cómo es su forma de actuar y de interactuar con los demás.
   Cómo dice E. Goldschmied, si observamos detenidamente a un niño cuando juega, nos sorprenderá la concentración profunda que tiene y el placer inmediato que le proporciona, la misma concentración que nosotros consideramos necesaria para llevar a cabo un buen trabajo. Y es que en el mundo del niño, juego y trabajo están muy relacionados, no se puede separar una cosa de otra, cuando un niño juega, trabaja al mismo tiempo.
    Gracias al juego, se desarrolla la imaginación, la capacidad creativa, el juego constituye el núcleo esencial del desarrollo, ya que sin experimentación, sin manipulación, sin la invención de  estrategias de acción, el individuo no conquistaría nuevos espacios, no descubriría ni recorrería nuevos caminos.
    Los que hemos jugado sabemos que gracias al juego podemos apasionarnos, imaginar y hacer a nuestra manera, pero siempre respetando el juego de los demás e intentando lidiar, consensuar o pautar unas normas cuando no se esta de acuerdo. También aprendimos a regular conductas, a alejarnos de quién no nos gustaba, a acercarnos a los que nos hacían bien.
    El juego reúne todos los condimentos para ser el mejor plato que se le puede ofrecer a un niño/a.

  La primera fase en la vida de cualquier persona es la infancia. La infancia se caracteriza por la formación global e integral del niño/a. A través del juego nos construimos como personas, aprendemos de nosotros mismos y de los demás.
    Muchos son los autores que hablan de la importancia del juego y de la relación entre juego y etapas de desarrollo del niño/a. Uno de ellos es Jean Piaget.
    Para Piaget el niño nace en un medio que condiciona su conducta, crece con una serie de factores sociales que estimulan su desarrollo en mayor o menor medida y desarrolla un nivel madurativo propio, diferente al de los demás, estos tres factores influyen en el esquema de representación del mundo que el niño/a va creando, ello genera que asimile conductas nuevas y acomode esas conductas en sus esquemas de acción, formando de esta manera nuevos esquemas de acción perfeccionados.
    Este autor divide las diferentes formas de relación niño-juego, en estadios:
  1. Estadio Sensoriomotor, entre los 0 y los 2 años, predomina el juego funcional o de ejercicio. Al principio el niño solamente reacciona frente a los reflejos, pero progresivamente experimenta utilizando su propio cuerpo como herramienta, repite acciones e incorpora el manejo y descubrimiento de objetos en sus movimientos, también desarrolla juegos de ejercicios con personas mediante los cuales desarrolla  habilidades sociales.
  2. Estadio Preoperacional, entre los 2 y los 6 años, se caracteriza por el desarrollo del juego simbólico. El niño/a juega a imitar: juega a que cocina, a mamas y papas, a que es conductor de coches…
  3. Estadio de las operaciones concretas, entre los 6 y los 12 años. En este estadio se desarrolla el juego de reglas.

    El estadio que más nos interesa es el Sensoriomotor que se divide de la siguiente manera.
  • Desde que nace hasta los cuatro meses. El niño/a al principio no juega sino que reacciona frente a los reflejos primarios, posteriormente realiza acciones involuntarias, descubre sus movimientos y los repite por placer. (a esto se le llama reacción circular primaria).
  • Desde los cuatro hasta los ocho meses. En esta etapa el niño/a descubre sin intención y repite la acción, como sucede en el estadio anterior, pero esta vez lo hace jugando con el medio físico, con objetos que tiene a su alcance, los lanza, los mueve, busca al adulto para que interaccione con ellos… (Reacciones circulares secundarias).
  • Entre los ocho y los doce meses. El niño/a empieza a realizar acciones de forma intencionada, para conseguir una finalidad. Presta más atención a lo que tiene a su alrededor.Entre los 12 y los 18 meses, el niño/a manipula los objetos y observa lo que sucede, y, al mismo tiempo, experimenta nuevas coordinaciones de acciones.