A la mayoría de las personas nos cuesta expresarnos
con palabras cuando nos preguntan sobre nuestros sentimientos y nuestras
emociones: "¿por qué lloras?", "¿cómo es que pones esta cara de
enfadado?", "¿me quieres?", "¿qué dices, que tienes miedo
de volver a casa sola?; pero, ¿por qué?"... A pesar de que como adultos
tengamos dificultades para manifestar verbalmente lo que sentimos, hemos de
tener presente que los sentimientos y las emociones son imprescindibles en la
vida cotidiana del niño y de la niña, y forman parte de su proceso educativo.
Por eso, existe la necesidad de enseñar a los niños y
a las niñas no sólo unos conocimientos específicos, sino también un conjunto de
competencias que les permitan ser capaces de desarrollarse en situaciones
diversas de su entorno. Por eso la inteligencia no sólo es conocimiento y
capacidad de aprendizaje, sino también capacidad de adaptación al medio, al
entorno más próximo, y capacidad de potenciación de una vida de relación y de
tolerancia.
QUÉ ENTENDEMOS POR
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Para poder entender la importancia de la educación
emocional en estas primeras edades, creemos que es necesario definir qué
entendemos por inteligencia emocional. Cuando hablamos de inteligencia
emocional nos referimos a un conjunto de
habilidades que nos permitirán relacionarnos mejor con nuestro entorno.
Este conjunto de habilidades incluye el reconocimiento de los propios
sentimientos, el control de las emociones, la automotivación, la empatía y la
habilidad social.
Seguro que a lo largo de la jornada escolar trabajamos
la educación emocional con nuestros niños y niñas, pero tal vez no somos del
todo conscientes de ello. Es en la primera infancia cuando se modela la base
para asimilar los hábitos emocionales y sociales fundamentales que se pueden
manifestar a lo largo de la vida de los niños y niñas. Además, en el ciclo de 0
a 3 años es cuando las emociones son más naturales, sinceras y espontáneas, no
están falseadas por la experiencia ni la vergüenza, y el vínculo afectivo que
nos une con los niños y las niñas es más fuerte. Esta es la razón por la cual
consideramos tan importante empezar la educación emocional en estas edades,
además de reivindicar el carácter educativo del primer ciclo de la educación
infantil
CONTENIDOS DE LA EDUCACIÓN
EMOCIONAL
-Conciencia emocional: autoobservación
y reconocimiento de las emociones (las propias y las de los demás), comprensión
de las causas y las consecuencias de las emociones, el lenguaje de las
emociones y la expresión no verbal de las emociones.
-Control emocional: manejo
de las emociones, prevención de los efectos negativos de las emociones,
desarrollo de las emociones positivas, tolerancia a la frustración, autocontrol
de la impulsividad, estrategias de control emocional: diálogo interno,
asertividad, reestructuración cognitiva..., y actitud positiva ante la vida.
-Autoestima y emoción: autoconcepto,
autoestima, autoconfianza y autoaceptación, y desarrollo de expectativas
realistas sobre uno mismo.
-Habilidades socioemocionales: emoción
y sociabilidad, clima social y trabajo en grupo y resolución de conflictos y
emoción.
-Habilidades de vida y bienestar
subjetivo: habilidades de organización y desarrollo,
habilidades en la vida familiar, social y escolar, habilidades de tiempo libre,
y emociones y bienestar subjetivo.
PROPUESTA DE ACTIVIDADES
El primer paso que tenemos que dar los adultos al
trabajar el tema que nos ocupa es dar ejemplo a los niños y las niñas, hablando
de lo que sentimos en el día a día (por ejemplo: "estoy contento porque
hoy es mi aniversario" o "estoy triste porque llueve") y
utilizando un vocabulario emocional, sin dejar de lado la comunicación no
verbal de nuestros mensajes (la expresión facial, el gesto...) y el tono de
voz. Así mismo, el adulto aprovechará situaciones cotidianas para verbalizar
los estados emocionales de los niños (por ejemplo: "Pablo llora porque le
han quitado un juguete" o "Ana ríe porque trae chocolate para
merendar".
Paralelamente, introduciremos vocabulario relacionado
con algunas emociones básicas para estas edades, como por ejemplo: la tristeza,
la alegría, el miedo y el enfado.
Bloque
temático: Conciencia emocional.
Nivel:
1 a 2 años / 2 a 3 años.
Objetivos
-Identificar
en uno mismo y en los demás diferentes emociones: alegría, tristeza (1 a 2
años) y alegría, tristeza, enfado y miedo (2 a 3 años).
-Expresar
diferentes emociones: alegría, tristeza (1 a 2 años) y alegría, tristeza,
enfado y miedo (2 a 3 años).
-Asociar
diversas emociones con las situaciones que las hayan podido provocar.
Recursos
-Dibujos
de cuatro caras muy diferenciadas que expresen alegría, tristeza, enfado y
miedo.
-Espejo.
-Imágenes
o fotografías de situaciones que expresen los sentimientos que se trabajan.
-Fotografías
de los propios niños en las que queden reflejados los diferentes sentimientos
trabajados.
Procedimiento
Niños
y niñas de 1 a 2 años:
1. Mostraremos
diferentes dibujos o imágenes de situaciones (por ejemplo: niño llorando, niño
jugando contento, etc.) y preguntaremos: "¿cuándo estamos contentos?"
o "¿cuándo estamos tristes?". Para responder a cada pregunta, los
niños y las niñas podrán señalar el dibujo que les parezca adecuado. Este primer
paso podrá servir para hacer una valoración de los conocimientos previos de los
niños y las niñas respecto a estas dos emociones.
2.
A continuación el maestro o la maestra puede reflejar estas dos emociones y
preguntar a los niños y a las niñas cuándo se muestra contenta la imagen y
cuándo se muestra triste
3.
Una vez que los niños y las niñas ya identifiquen las emociones en los demás,
pueden pasar a imitarlas frente al espejo, siguiendo, si es necesario, el
modelo del maestro o de la maestra.
Niños
y niñas de 2 a 3 años:
1. Mediante
una conversación, les podemos preguntar: "¿cuándo estamos contentos?"
o "¿cuándo estamos tristes?". En el caso de que no se expresen
oralmente, podemos utilizar imágenes o dibujos para que señalen el
correspondiente.
2. Seguidamente,
les podemos preguntar cómo están cuando están contentos, tristes, enfadados o
tienen miedo. Señalarán la cara que indique la emoción pedida.
3. A
modo de variante de la pregunta anterior, pueden expresar cómo están cuando
están contentos, tristes, enfadados o tienen miedo con su propio cuerpo
(saltando, tirándose al suelo, escondiéndose...).
4. Después,
se les pedirá que imiten las caras presentadas, siguiendo las instrucciones del
maestro o de la maestra: "pon cara de enfadado", "pon cara de
contento"...
Observaciones:
Esta
actividad se podrá trabajar en muchas ocasiones, aprovechando los diferentes
estados emocionales de los niños y las niñas y de los maestros y las maestras
en momentos determinados. Otras variaciones que pueden enriquecer la actividad
son las siguientes:
*Explicar
cuentos o historias donde los personajes pasen por los diferentes estados de
ánimo y sentimientos que se han trabajado.
*Jugar
a hacer muecas. canciones.
*Hacer
unas máscaras por Carnaval, aprovechando estas expresiones.
*Realizar
una sesión de psicomotricidad con el objetivo de expresar emociones con todo el
cuerpo. Se trataría de expresar emociones diversas de forma exagerada:
tirándonos al suelo, saltando... Par los niños y las niñas mayores (2 a 3 años)
se podría incrementar el grado de dificultad de la actividad ofreciendo sólo un
modelo: "estoy contento", y serían ellos quienes lo expresarían. Para
los más pequeños (1 a 2 años) se reducirían las emociones a dos: estados de
euforia y estados de tranquilidad, y el procedimiento sería el mismo. Estas
sesiones de psicomotricidad irían del trabajo cuerpo-cuerpo (en el que el
recurso utilizado para expresar las emociones es el propio cuerpo) al trabajo
cuerpo-objeto (en el que, además del cuerpo, se utilizarían elementos como
música, pañuelos, globos, ropa, etc., para expresar emociones).